Tras librar primera ronda, vencía con más contundencia de la que reflejó el marcador (7-1) a la rival búlgara. Tenía entonces 11 combates para descansar, la campeona de España de todas las categorías 2017 y actual subcampeona del Mundo júnior. Sin embargo un cambio en la organización, del que no se enteró nadie del equipo, hizo que Irene tuviera que bajar a los tres combates de terminar los octavos, para salir a pista sin calentar; al igual que pasó en el pasado Mundial.
A pesar de las cirunstancia y empezar perdiendo 7-1 el primer asalto, la nuestra se hizo con el combate, y lo intentó por todos los medios. Pero la mala suerte con el casco daedo (4 impactos sin conseguir puntuar) y con una desacertada juez central , junto al desconcierto con el que empezó el combate; resultaron que finalmente la rival ukraniana (subcampeona de Europa a la postre) se llevara el gato al agua por 12-11.
Gran trabajo de Irene, que consiguió puntuar de giro, arriba, de contra, de ataque... pero el sábado no era nuestro día. Lo que sin lugar a dudas, me quedó claro, es que esta campeona que acudía al europeo tras dos semanas hospitalizada, por una afección renal, es una luchadora y está en el camino de estar ahí arriba.
La próxima oportunidad de puntuar, la tendremos en París dentro de dos fines de semana.
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